Comparto con vosotros y a petición popular un plato delicioso lleno de color y contrastes que es un auténtico regalo para los sentidos.
La pasta es un pilar fundamental de la dieta mediterránea y básicamente de mi dieta. Podría comer pasta en todas las comidas sin cansarme. Mi versión favorita con aceite, sal y especias pero la de hoy es una receta que medio improvisé pero que salió digna de la bella Italia. Digo medio improvise porque tenía unas espinacas frescas en la nevera a punto de morir y que tenía que usar sino si.
Los ingredientes son:
Spaguetti
2 ajos
Espinacas frescas
1/2 Cebolla morada
1 quesito caserío o/0
Granos de media granada wonderful
Aceite de oliva
Semillas de sesamo
Cómo hacerlo?
Hierve la pasta. Una vez la tengas al dente, rocíale aceite de oliva y sal para evitar que se apelmace y darle un poco de sabor. Luego en una sartén saltea las espinacas con los ajos para darle sabor y la cebolla sin que llegue a dorar. Retira los ajos (yo no los añado a la salsa porque no me sienta bien pero puedes añadirlo), verter la mezcla en un bol para posteriormente batir y añadir a la mezcla un quesito caserio 0/0 y aceite de oliva. Si ves que al batir queda muy denso, añade un chorrito de agua y sal pimentar al gusto. Ojo, la salsa debe de quedar algo espesa y no líquida ya que tiene que ligar con la pasta.
Una vez tengamos la salsa preparada, la añadimos en la olla con la pasta, mezclamos y dejamos que hierva para que ligue. Retiramos y añadimos los granos de media granada wonderful para darle un poco de chispa al plato. Una vez en la boca, hay un contraste de sabores brutal! Si os apetece el queso de cabra también es una buena opción que casa muy bien con el resto de ingredientes.
Como veis, es una opción súper sencilla rápida y a tope de vitaminas!
Probarla y me contáis qué tal. Yo la incluyó en mi lista de favoritismos comestibles.
Un besazo fuerte